La sequía sacude a Estados Unidos.
Según una noticia de julio de 2012 Estados Unidos registra desde
junio de ese mismo año una grave sequía cuyo fin es incierto y amenaza la
producción de cereales. Como efecto inmediato, los precios agrarios se disparan
en los mercados internacionales.
El secretario de Agricultura, Tom Viesack afirmó que este
fenómeno es sin duda el más grave en 25 años, luego de reunirse con el
presidente Barack Obama para hablar sobre esta crisis. Igual, Viesack admitió
que este fenómeno no alcanza todavía la gravedad de lo registrado en 1998,
auqnue afecta a una superficie mayor del país, primer productor mundial de soja
y maíz. Según Viesack afecta a un 61% del territorio.
Los efectos
Aunque los precios de los cereales en los mercados
aumentaron netamente, el responsable de Agricultura señaló que todavía es
difícil prever los efectos de la sequía sobre las cosechas. “ En base a las últimas
estimaciones, la cosecha de maíz sería todavía la tercera mayor de la historia
de Estados Unidos, porque se sembró una superficie más importante”, explicó. “Será
necesario esperar para conocer el nivel de las cosechas”, enfatizó.
El Banco Mundial estudia los riegos que la situación presenta
para el aprovisionamiento mundial de los alimentos, el fuerte incremento de los
precios de los productos alimentarios en 2008 y 2010 ya había afectado a los países
importadores más pobres.
Según Joseph Geauber, jefe de economistas del Departamento
de Agricultura, las estadísticas muestran que el 38% de los cultivos de maíz y
el 30% de los cultivos de soja se encuentran en una condición “crítica” o “muy crítica”.
Los precios del maíz aumentaron 50% desde mayo del 2012 y
los precios de la soja 26%. La oleaginosa, principal producto exportable de
Argentina, superó holgadamente los 600 dólares la tonelada, un precio
histórico.
Esta noticia es un claro ejemplo de una crisis de alimentos causada por cambio climático produsiendo sequias.
Arriendo de tierras, un tema que preocupa a la ONU.
El sistema de arrendamiento de grandes extensiones de tierra
por parte de países o firmas privadas asiáticas o europeas en países en
desarrollo es una tendencia que ha crecido velozmente en los últimos años, generando
inquietudes económicas, ambientales y en materia de derechos humanos.
Según las estimaciones de la ONU, actualmente hay casi 80
millones de hectáreas de tierras agrícolas de países en desarrollo que han sido
objeto de 1.200 transacciones o negociaciones por parte de inversores
extranjeros desde el 2001, el 60% de ellos en África. El trasfondo es la fuerte
crisis alimentaria global, agravada por el crack económico del 2008, y el alza
generalizada de los precios de las materias primas, en especial alimentos.
Muchos países desarrollados, pero también emergentes como China, India e
incluso países árabes ricos en petróleo, han utilizado el mecanismo de arrendar
grandes extensiones de tierra, especialmente en áfrica, para asegurar el
ingreso de sus poblaciones a los cada vez más caros alimentos. Y las tierras
agrícolas también han sido objeto de creciente interés para los inversores
privados, dados los elevados precios internacionales. Las más demandadas son
aquellas con acceso fácil a recursos hídricos y con infraestructuras para
facilitar el transporte, la exportación.
Entre los riegos se mencionan la concentración de tierras
dado el menor acceso a los pequeños productores, la falta de tierras para
pastoreo, la reducción de ingresos de pequeños productores como consecuencia de
la entrada al mercado de alimentos baratos producidos a gran escala, el
agotamiento de suelos y reservas de agua por sobreuso, la contaminación con
agroquímicos, la desocupación y el desplazamiento de sectores rurales hacia
centros urbanos, entre otros.
Para analizar esta noticia debemos tener en claro la soberanía territorial y alimentaria, ya que en muchas ocasiones países con mejores posibilidades hacen abuso de esta y no se cumple como derecho y se explotan tierras ajenas para mayor ganancia del país explotador.
Soberanía territorial y alimentaria
El incremento de la población mundial, los procesos de urbanización
la mejora en el poder adquisitivo en países
como China e India nos llevan a rediscutir el nuevo escenario alimentario
mundial.
Aceptando que hoy somos en el mundo 6.000 millones de
habitantes y que las proyecciones de las Naciones Unidas en un escenario de
fertilidad media prevé para el 2030 una población de 8.500 millones, las
proyecciones son que habrá que alimentar a 2.500 millones de personas más con
los recursos naturales y la tecnología actual y futura disponible.
África y América Latina, por sus posibilidades de desarrollo
tecnológico, de aprovechamiento de sus tierras y de producción actual de
alimentos, son los continentes que deberán afrontar el desafío de ser los
proveedores de alimentos.
Este acuerdo agroalimentario que los gobernantes de Río
Negro han firmado con las autoridades de una provincia China resuelve, tal vez,
las necesidades alimentarias de los habitantes chinos, en razón de que sus técnicos
con sus dólares y nuestras tierras con su fertilidad y agua dulce producirán los
alimentos que necesiten.
El intercambio es leonino, que la provincia y los
rionegrinos salen perdiendo y que nunca se plantearon condiciones de producción
así para productores argentinos. Un acuerdo y actas de compromiso ilegítimamente
realizadas, sin conocimiento de los ciudadanos de la provincia ni de sus
representantes y que comprometen el presente y futuro de generaciones de
rionegrinos.
Monsanto abandona el lobby transgénico en toda Europa
El mayor fabricante de cultivos transgénicos del mundo,
Monsanto, anunció esta semana que renuncia a seguir intentando introducir
plantas modificadas genéticamente al mercado europeo. Se termina así un tenaz y
resistido cabildeo del gigante estadounidense para ingresas con sus productos
estrella al viejo continente, reacio a algunas de las nuevas formas de
agricultura moderna.
Monsanto decidió tomar esta decisión en base a la débil
demanda de los agricultores, algo que no ocurrió en América Latina, donde sus
variedades cubren miles de hectáreas productivas siendo Argentina uno de los
principales exponentes.
Desde hace años existe un gran movimiento de protesta contra
las plantas transgénicas en Alemania. El gobierno alemán prohibió en 2009 el
cultivo de maíz BT. Otros competidores de Monsanto, como Bayer, BASF, y
Syngenta decidieron también abandonar sus negocios de pantas transgénicas en Alemania
y en otros países europeos.
Etiquetas verdes en Europa: de la ecología al
proteccionismo:
En Europa están ganando espacio en las góndolas los
productos verdes, En las etiquetas tienen el registro de la huella de carbono
en cada artículo. Los riesgos para los alimentos que exporta América Latina
pueden ser muy importantes.
El consumidor de alto poder adquisitivo preocupado por el
medio ambiental, especialmente por el calentamiento global es la apetecible porción
del mercado a lo que se dirige las campañas intensas de marketing. La tendencia
gana adeptos en Francia, el Reino Unido, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda y
Japón.
El cliente es libre de optar por contribuir a reducir las
emisiones de GEI comprando un producto elaborado a escasa distancia y con
mejores prácticas o de optar por agravar el calentamiento global comprando artículos
llegados de países lejanos y hechos con técnicas menos cuidadosas. Este es el
planteo, la culpa se encarga del resto.
Bibliografía:
Bibliografía:
- Noticias extraídas de fotocopias de material de clase, de diferentes diarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario